Las lámparas de techo y de pared de vidrio soplado proporcionan una luz maravillosamente suave. La sala, gracias a los altos arcos de acero corten que recuerdan a las majestuosas esculturas de Calder, es espaciosa. Para el perfecto confort de los huéspedes, tiene sólo treinta y ocho plazas y puede dividirse previa solicitud para su privatización. Las ventanas aportan luz solar en armonía con la placa mediterránea. Sobre cada mesa se coloca una escultura de madera. Estas obras originales, creadas especialmente por dos reconocidas artistas italianas, Chiara Ravaioli y Monica Cortesi, son todas diferentes. Llamados Archipiélagos de Nomicos, evocan islas, como las del Mediterráneo, dando así un guiño a la historia de Nomicos.